Una excelente idea muy bien gestionada. Asisto hace años. Sin embrago, hay algo que realmente me incomoda, y es la presencia constante del fotógrafo. Durante toda la cata te acecha con innumerables fotografías para las que incluso te dice cómo comer, beber o brindar. Es absolutamente agobiante.

Una cata con vinos diferentes de un proyecto nuevo con un acompañamiento culinario excelente y explicada por un enólogo muy bueno y ameno. En resumen, muy bien.

Una experiencia muy recomendable, el lugar perfecto, el presentador increíble, ameno y didáctico. La cena , los vinos y el servicio inmejorables.