Ganímedes en la piscina, por Enrique Gimeno.

Valencia, 1993. Las sábanas eran más blancas que nunca. Lo que pasó luego ya no lo recuerdo. Tierra en la boca, tierra en los ojos. Él saltando por la ventana del chalet. Yo le sigo. Salto por la ventana y el tiempo se pliega, se arruga como un papel. Dejo el móvil. Estoy en Madrid, en mi habitación, buscando algo para poder dormir. 2025, de mi boca sale un montoncito de tierra.

Ganimedes no puede dormir. Recuerda el día que conoció a Zeus. Se mezcla con otros recuerdos, con otros Zeus porque Zeus tiene el poder de metamorfosearse, como los Power Rangers. Graba los recuerdos en notas de audio, los escucha. Escucha otras notas de audio, antiguas. Necesita que esta vez no se le olvide, necesita saber que no lo ha soñado, necesita bailar el recuerdo hasta que salga del cuerpo, necesita cortarle la cabeza igual que Judith lo hizo con la de Holofernes, quiero su cabeza en una bandeja de plata como Salomé pidió la de San Juan Bautista. Quiero cortarle la polla a lo Lorena Bobbit, ponerla dentro de un pan de perrito y mandársela por Glovo a su madre. Esto último no lo hizo Lorena Bobbit pero ¿a qué hubiera molado? Lo que sí hizo Lorena Bobbit fue cortarle la polla a su marido mientras dormía. El 23 de junio de 1993. Un mes después de mi comunión.

Ficha artística:

Dirección y creación: Enrique Gimeno

Iluminación: David Meneses

Jueves 13 y 20, viernes 14 y 21 y sábados 15 y 22 de marzo 20:30 h. 14 €.