Serafín Olmos está preocupado. Llega la primavera pero su árbol no da señales
de despertar: no hay brotes, no reverdece. Los pájaros ya juegan por sus ramas
pero estas parecen secas. No es un árbol cualquiera: el Señor Olmos podría
contar cientos de historias de ese árbol, el árbol de su familia. ¿Qué puede
hacer para salvarlo?
Dos estrambóticos personajes aparecen por allí siguiendo las instrucciones de
un extraño mapa. Son Anastasia y Beki. No parecen preocupadas más que por
encontrar algo y ese algo se encuentra… ¡Un momento! ¡Se encuentra justo
debajo del árbol! ¡No queda más remedio que cortarlo para excavar allí!
No. Ahí está el señor Olmos para evitarlo.
Beki y Anastasia van a hacer lo posible por convencer al señor Olmos de que
arranque el árbol. ¿Aceptará? Ese árbol es demasiado importante para él, y
para cualquiera que conozca su historia y su valor. Los árboles nos dan la
vida, nos enriquecen la vida y forman parte inseparable de nuestra
existencia. ¿Arrancar el árbol? ¡Nunca