¡AY! ¡YA! es una ilusión que nos lleva a percibir la realidad de diferentes formas
sugeridas por la imaginación o causadas por el engaño del sentido de la vista.
Un efecto que pone de manifiesto que nuestros ojos no son cámaras de vídeo
que graban todo lo que ocurre, sino que nuestro cerebro interpreta y reelabora
la información que nos proporcionan nuestros sentidos.