Mi madre ha muerto. Se llamaba María. Descubro entre los objetos dejados por mi madre cientos de fotografías: de mi abuelo materno, de mi tía-abuela, de mis padres… Y a través de ellas y con la ayuda de una cámara antigua -herencia familiar- a lo largo de varios viajes a los sitios donde se hicieron, busco recuperar esos recuerdos, que no se pierdan. En el tramo final, junto a mi hermano, tendremos que reflexionar sobre nuestra memoria, que es también colectiva, y sobre lo que hemos conservado y perdido.