La historia de Andrés Suárez es un ejemplo de hasta dónde puede llevar la combinación de constancia y talento. Le puede llevar, por ejemplo, de los pasillos del Metro al Wizink Center de Madrid, dos referencias que marcan el punto de partida y de llegada de un cantautor que llegó a la capital como un músico callejero y que hoy es uno de los artistas más queridos por el público, que agota las localidades de sus conciertos ya sea en un teatro o en el antiguo Palacio de los Deportes de la capital, según opte por su lado íntimo o por su vertiente de gran banda de rock.