Obra densa pero interesante, que mantiene el interes durante toda la obra.Buenas interpretaciones de todos actores/actrices

Al final decepcionante porque lo querian decir y no fue asi

Per segon cop, vaig sortir impressionat per 'Ànsia (Crave)'. És un text molt difícil d'interpretar, sense acotacions, que requereix ritme i una coordinació molt precissa entre actrius i actors. Les decisions preses per la directora i equip són arriscades i encertades quant a posada en escena. L'escenografia és austera, cosa que té sentit en l'obra, i els efectes lumínics potencien el text i li imprimeixen el ritme necessari per fer-ho més entenedor. La música també ajuda molt a entendre parts d'aquest text tan complexe i ple d'ambigüitats. 'Ànsia (Crave)' agradarà a un públic interessat en el llenguatge i en l'experimentació amb el llenguatge. Hom ha d'anar amb una actitud oberta, sense prejudicis, i simplement deixar-se portar per les paraules i abandonar-se a les quatre veus (que no personatges), sense intentar racionalitzar res, perquè el sense sentit cobra un sentit a mesura que l'obra es va desenvolupant. Molt recomanable.

Ansia no es una obra fácil. Tampoco, me parece, una comedia. Aunque es cierto que si de algo sabía Sarah Kane era de humor, de humor negro como la noche. La obra va a contrapelo con el deseo de ficción del espectador, lucha contra la ilusión de la comprensión, asi como la de la representación. Esa ficción de pensar que cuando me dices que estás muy mal, o que te has enamorado, o que de pequeña sufriste abusos, pareciera que entiendo lo que quieres decir. No, no entendemos nada, como mucho imaginamos lo que eso debe de ser, pero de cómo vives tú aquello que nombras con esas palabras, ni idea. Ponerse en el lugar del otro no es sino quitarle el lugar, no querer saber nada de ese lugar otro. En ese sentido, Ansia, no te permite esa ficción. No puedo evitar ponerla en serie con la apuesta de la recientemente estrenada, Suite TOC, que si no me equivoco también será representada en el Atrium. Son dos obras que tratan de algo parecido a la locura. De suite TOC se alabó, y fueron a hablar de ello en los medios de comunicación sus creadores, de la importancia de la visibilización de la enfermedad mental. A mi entender, lo que se visibiliza en esa obra es cómo nos identificamos a una etiqueta que un psiquiatra nos puso en 5 minutos. El psiquiatra es criticado por su inhumanidad y su rapidez, pero la obra le rinde homenaje al luchar por la identificación a ese diagnóstico con que el precoz psiquiatra la nombró. Lo que se visibiliza en Suite TOC es esta época del apogeo de la identificación. Identificación que borra al sujeto en pos de una supuesta comunidad, comunidad que siempre sigue al amo, en este caso, al psiquiatra de turno que la bautizó. En Ansia no hay nada de eso. Ninguna identificación, solo un sujeto desmembrado en infinitas voces, sin posibilidad de agruparse en una identidad. No obstante, lejos de ser un ejercicio vacío, el texto de Kane hace resonar el dolor de la imposibilidad de la impostura. La cuestión no es visibilizar sino qué se visibiliza. Y lo que vemos en Ansia, es justamente la imposibilidad de las palabras por nombrar aquello que no está hecho de ellas y el intento no obstante como única opción. La imposibilidad de juntarse a la vez que la necesidad de hacerlo. Un texto duro y lleno de belleza, bien interpretado y con una puesta en escena que respeta la radicalidad del texto. Una muy buena apuesta.

Actores con mucha energía y rigor. Defendieron valientemente uno de los textos más difíciles de Sarah Kane.