El lobo actor que representa los cuentos infantiles (Caperucita, Los Tres Cerditos…) recibe una llamada en mitad del rodaje en la que le piden que viaje hasta Inglaterra para sustituir al lobo de los cuentos ingleses, que está enfermo. Acepta este nuevo reto y se va a probar suerte en el país extranjero. Actuar, que es algo que el lleva innato en la sangre, podrá convertirse en un verdadero suplicio cuando descubra que no solo tiene que superar el reto de un nuevo idioma, también descubrirá que allí no es el lobo afamado que tanto le gusta ser.