Cuatro patéticos personajes sobreviven en un pequeño pueblo gracias a la bondad de don Toni, un viejo carcamal, con pasado turbio que los deja vivir en su casa. La mujer del cuartero se llama Santa, y cuida ancianos, aunque siempre está sin trabajo porque todos se le mueren. Después está Tolo, un intelectual al que no le publican ninguna novela y se refugia en el alcohol. El tercero es Ángel, un medio macarra que sueña con irse a Cuba a sembrar marihuana y vivir de las mulatas y, por último, está el pequeño Frankie, un cantante al que le hubiera gustado ser Frank Sinatra y se ha tenido que conformar con cantar en antros de mala muerte por cuatro perras.
Pero a pesar de la precaria situación económica del grupo todo parece estar tranquilo, hasta que a don Toni se le ocurre dejar la casa para meterse en una residencia. De repente, se ven todos en la calle sin saber que hacer ni a donde ir. Entonces aparece Marisa, la taquillera del Teatro Principal de un pueblo cercano, y les propone robar la taquilla del fin de semana próximo que proyectan Star Wars.
Después de mucho analizar la cuestión, el cuarteto decide perpetrar el robo, aunque se encuentran con un enemigo muy poderoso: su honradez.