Diez años después de su creación, Pierre Omer and his Swing Revue están de vuelta, tan frescos y enérgicos como siempre y con un nuevo álbum en Voodoo Rhythm Records!
Con «Tropical Breakdown», este iconoclasta cuarteto rompe claramente los límites del formato swing, dándole una vuelta a su música y sus ritmos y experimentando con nuevos sonidos.
Pierre Omer, miembro fundador de la legendaria orquesta funeraria The Dead Brothers, escribe la mayor parte del material original de la banda, arraigado enel blues, swing, exotica, experimental y en el cine negro. La composición es bastante oscura, abordando los difíciles tiempos que estamos atravesando. Pero la banda nos recuerda que el swing es, y siempre ha sido, un estilo enérgico, alegre y una música intrépida para un mundo turbulento y absurdo como éste.
Reemplazando el contrabajo por su mano izquierda, la teclista y nuevo miembro de la banda, Geraldine Schenkel, toca su Fender Rhodes y su Clavinet, con pedales Wha-wha pedales y fuzz, llevando a la banda a un viaje musical completamente nuevo. Y cuando coge el bandoneón, el acordeón argentino, Schenkel inocula veneno melodramático a su música.
Hablando de melodrama, el trompetista Christoph Gantert de Zürich (pero que parece recién salido de una película policíaca francesa de los años setenta) golpea cada nota como si su vida estuviera al borde del abismo. Su canto y sus habilidades para escribir canciones son muy notables en algunos temas. También hay que mencionar su colección cada vez mayor de flautas, silbatos y juguetes ruidosos que utiliza como perfecto contrapunto al drama.
Julien Israelian, el héroe del canto y de esa explosiva batería, es quien mantiene, junto con la guitarra rítmica de Pierre Omer en ese groove tan característico. Algunas partes de la batería suelen volar por la sala durante sus divertidos y salvajes solos, sin perder el atractivo de su esmoquin en ningún momento.
La unión de todos estos elementos, la cabeza y el corazón de la banda es Pierre Omer a la voz y guitarra. Comparte su verdadero amor por las hermosas melodías (mientras cuenta historias de terror) y por la fuerza y la suciedad del garage rock y el humor surrealista.