El fabuloso combo AUTOESCUELA y los sensacionales ANDREA BUENAVISTA y SUS LAMENTOS en riguroso directo
Club Maravillas - 18/02 - 20.30
Hay conciertos que, por sus circunstancias, no pueden evitar convertirse en ocasiones especiales, en momentos únicos que se fijan en la memoria de los asistentes por encima de la acumulación de actuaciones inanes que hay a lo largo del año.
El concierto de Andrea Buenavista y sus lamentos y Autoescuela tiene todas las papeletas para ser uno de ellos. Por una parte será el primer concierto con banda de Buenavista, cantautora de recorrido en bandas de pop subterráneo (Los lagos de Hinault, Bar España) que está mostrando una capacidad asombrosa para facturar canciones apabullantes. Lo hizo ya con aquel éxito de culto, “Alguien mejor” (Snap Clap Club, 2019), una canción incontestable en lo melódico y en lo emocional que probaba que había mimbres de cantautora de las que hacen época. Y lo ha seguido haciendo cocinando a fuego lento un repertorio a caballo entre la canción melódica y el rock setentero, como si Lou Reed, María Jiménez y Nick Lowe quedaran para tomarse unas cañas y enseñarse el repertorio. Llegarán más canciones eternas, llegará un EP que estará en las listas de mejor del año, y qué mejor momento que ver esto cuando está en dulce, cuando esas canciones aún son un pequeño secreto a voces, cuando apelan directamente al corazón.
Autoescuela, por su parte, son una banda atípica. El dúo asturiano, nacido en la primera oleada de lo que se vino a llamar pop de dormitorio, fue autor de un puñado de discos llenos de microscópicos himnos pop escondidos en arreglos demenciales y desvencijados, como Club Deportivo Raíces (El Volcán Música, 2020) o Quattro (Snap Clap Club, 2018). Sus miembros, inquietos por naturaleza, no han dejado de colaborar en proyectos que pueden variar entre la rumba digital, el industrial o el folk rock 70s. Ahora se reúnen con un disco que promete ser un salto mortal, una carta de amor al punk y al salvajismo. Si las canciones de Buenavista apelan al corazón y sus males, las de la última reencarnación de Autoescuela apelan a las tripas, a lo visceral, tanto, literal como figuradamente. Hay melodías pop perfectas que salen de entre ruideras, estructuras de canción retorcidas, como las de los Residents, de las que nace un guiño al pop de los 60, o un plañido espectral. Un concierto que promete que, cuánto menos, salgas preguntándote “¿qué ha sido eso?”.
Corazón y gónadas, alma e intestinos, el 18 de octubre en la Maravillas. No faltes, por tu bien.