Suscribo el comentario de la anterior espectadora, Pilar. El decorado es muy bonito, la sala acogedora y el espectáculo empezó muy bien. Lxs niñxs se divertían y reían. La primera historia nos gustó mucho pero las siguientes no fueron tan acertadas. Demasiado enrevesadas y reivindicativas para un público tan pequeño, que desconectaba de la historia . La gatita que pide “ayuda” al marido fue muy poco acertado. La puesta en escena de Picassin (aunque con marionetas un poco pequeñas) nos gustó por la iluminación y el contraste. Francis estuvo muy bien, entregado y cercano, pero el fallo creemos que está en las historias y relatos, a los que habría que darles una vuelta para que estuvieran más conectados entre sí y adaptados al público infantil. Incidir en esa primera parte, mas sencilla, pero que hizo que lxs niñxs y adultos participaran y rieran. Esa es la magia del teatro! Gracias por la acogida, la amabilidad en la sala, las medidas de seguridad y la ilusión por seguir ofreciendo alternativas culturales seguras en los tiempos que corren. Volveremos!

Es una pena, teníamos mucha ilusión, pero la obra se queda en una declaración de intenciones y deja indiferente tanto a niños como a adultos. El narrador hablaba mucho y muy rápido, no dejaba respiro, hasta tal punto que conseguía desconectar al público. No hace ningún favor a Gloria Fuertes, entre tantas palabras se pierde el homenaje. En un teatro precioso como la Estrella los personajes (excepto los dos últimos títeres) se reducían a pequeñas figuras no más grandes que un folio y el manejo de las mismas dejaba bastante que desear. El teatro es interpretación, pero también iluminación, sonido y ¡silencio! Jugar con todo ello es un arte, aquí la combinación de ingredientes, a priori buenos, no ha resultado. Al final el narrador hacía un resumen tipo moraleja, gracias a eso podías entender lo contado, pero ahí radica el máximo error, si hubiera estado bien contado no sería necesaria esa parte. Por último, agradecer los temas tratados, pero en la historia del reparto de tareas en casa se comente un fallo de léxico importante. La gata tiene mucho trabajo en casa y el gato le tiene que "ayudar", esa palabra implica que el trabajo, la responsabilidad, es de la gata y el otro "ayuda" de forma voluntaria. Aquí se trata de COLABORAR, porque las obligaciones domésticas son de los dos, así que debe exigir COLABORACIÓN y no ayuda. A pesar de esta dura crítica quiero agradecer al narrador la valentía y el esfuerzo, por apostar por este proyecto. Deseo que siga formándose y creciendo en este sector tan complicado. Nosotros seguiremos acudiendo al teatro porque, aunque guste más o menos, siempre es una experiencia que nos aporta. La cultura es segura.

Pasamos un buen rato y aprendimos cosas nuevas. Nos gustó.

Muy entretenida y divertida. Hemos disfrutado toda la familia. ¡Enhorabuena y gracias por hacernos reir y disfrutar! Volveremos.

Un acierto asistir al estreno de "Gloria, cien gatos y un ratón". Un texto brillante y una puesta en escena muy original. Gracias por toda la magia de ayer, seguiremos buscando a Gloria... Hasta la próxima!!!