Para escapar a un disgusto amoroso, David partió a Londres, donde vive desde hace varios años. Después de un largo y arduo período de ausencia, regresa a Lisboa. Tiene en mente un proyecto insólito: recrear el amor entre dos mujeres que sólo se podrán conocer a través de las fotografías polaroid que él mismo les sacará. Es así que conoce a Sam y Julia, las dos cobayas de un amor fabricado.