Nuestra protagonista está sola ante el peligro. Camina sin escudo ni coraza
y se muestra tal y como es. Viene armada con la generosidad de los ingenuos
con la tozudez de sus convicciones, con la gallardía de los locos y
expone sin censura su fragilidad. Lo entrega todo para jugar, con el objetivo
de convertir algunas cosas "serias" en verdaderos disparates.