Tres Penélopes; la de toda la vida (es decir, la esposa de Ulises) y otras dos actuales tejen los hilos literales y alegóricos de la espera.
Tres mujeres que se consumen esperando en dos tiempos; un ayer en el que la Penélope griega de La Odisea decide hablar desde el palacio de Ítaca y contar su historia más íntima y personal; el hoy de sus dos "hermanas" en la obra, dos mujeres actuales que también esperan, entre telefónos que nunca suenan, entre días de euforia y otros de depresión, entre jornadas de compras y de alcohol y siempre anhelando algo, un nuevo acontecimiento en sus vidas.
Una larga espera que se convierte en escuela, en un duro pero provechoso aprendizaje durante el cual las tres Penélopes navegan entre el desamor, la ironía, el amor y el humos, con la esperanza final de sentirse vivas al descubrirse a sí mismas.