Durante las diez semanas del confinamiento establecido por el gobierno de España por la pandemia del Covid-19 —uno de los más duros del mundo—, Kike Babas escribe un diario que es el honesto y realista testimonio de un ciudadano de a pie en una sociedad recluida en estado de alarma que se debate entre la solidaridad y el miedo, la responsabilidad y la incomprensión, el aplauso y la cacerolada. Un diario de coronavirus donde trata de asimilar los muertos de cada jornada, el sistema sanitario sobrepasado, la crisis económica en ciernes y la paulatina desunión de sus conciudadanos auspiciada por el panorama político.Un día a día que le llega a través de las redes sociales de su grupo de amigos, espacio virtual prolijo en incertidumbres, soluciones, bulos, reflexiones, chistes y politiqueos y del que únicamente sale fortalecido el sentimiento de amistad, que va mucho más allá de cualquier pandemia. «Me entero de lo que pasa por ahí por la media docena de grupos de wasap de los colegas, que me tienen al día de memes, colapsos, mentidos y desmentidos… No hallé ninguna certeza, no encontré solución a ninguno de los acertijos, cuando me miro las manos, no tengo nada que ofrecer». Un texto que refleja la estupefacción cotidiana ante una situación desbordante y en el cual se entrelazan, con humana naturalidad, la desolación con la esperanza y la apatía con la creatividad, sin perder jamás de vista que lo más importante es cuidado de su familia, con la que comparte techo y encierro.
Dicen de Andrés Herrera, nombre real del músico oculto tras el alias artístico de Pájaro, que es «el mejor exponente del rock mediterráneo» y que tiene «un pie en Italia, otro en Sevilla y el corazón lleno de rock and roll fronterizo». Actualmente sigue presentando 'Gran poder' (2018), su tercer álbum, en formato de dúo acústico. El sevillano publicó su debut discográfico bajo el título de 'Santa Leone' (2012), que incluía colaboraciones de la talla de Raimundo Amador, Kiko Veneno, Gecko Turner, Dogo o Julián Maeso. Dicho trabajo recabó buenas críticas y le llevó a lugares tan extraordinarios como el SWSX de Austin (Texas) o incluso a abrir el concierto para el maestro Bob Dylan en el Palacio de los Deportes de Zaragoza.
Para su segundo disco, 'He matado al ángel' (2016), también se rodeó de buenos amigos como El Twanguero, Guadalupe Plata, Los Saxos de Averno y, nuevamente, Julián Maeso Herrera completa una trilogía «impresionante» con 'Gran poder', que, nuevamente, está «lleno de misticismo, de guitarras afiladas y de viento en las alas, pero cada vez más poderoso y seguro», advierten desde su oficina sobre un álbum editado por Happy Place Records y cuya portada es obra de Álvaro P-ff, autor de algunos de los mejores trabajos de la historia gráfica musical del Estado. Entre los temas del álbum destacan 'A galopar', particular versión del clásico de Paco Ibáñez con letra de Rafael Alberti; 'Los callados', con la colaboración del ubicuo Maeso, o ese contagioso 'Yo fui Johnny Thunders' que invita a “bailar hasta el final”.