Qué está mirando el perro de Goya, por Compañía The Flush. Dentro del Programa de Residencias en DT Espacio Escénico.

La Historia del Arte, siempre envuelta en el halo de prodigiosa elevación, es también una herramienta de los tiempos para generar una mirada, tal como cuenta Mikel Dufrenne en Fenomenología de la experiencia estética. Resultaría imposible, por ejemplo, concebir las representaciones contemporáneas de las mujeres sin un puñado de miradas históricas que siempre han sido las de los hombres representándolas, seguidas por las de más hombres analizándolas y posteriormente explicándolas como interpretaciones inapelables. Sobre ello habla mucho y muy bien Erika Borney en Hijas de Lilith, un ensayo sobre la figura de la mujer en la historia del arte. 

Todo esto es el cimiento sobre el que nuestras cabecitas pretenden hacer una pieza escénica en la que las imágenes cinéfilas, pictóricas, dancísticas, serán nuestras herramientas y aliadas para esta indagación corpórea sobre algo tan absolutamente intangible como la mirada. 

Dicho lo cual, volvemos sobre el Perro Semihundido de Goya y nos identificamos con la cabeza naufragando del can que no sabe a dónde mirar en una masa ocre incoherente y carente de significado. Nos planteamos nuestra propia imagen como creadores e intérpretes, siempre acribillada por miradas ajenas y la nuestra propia. Interpretamos ese espacio marrón informe como una sociedad que nos oprime por estar fuera de una norma, flotando a duras penas ante el incansable bombardeo de consumismo, dogmas y expectativas que nos desdibujan y nos convierten en un perdido garabato, haciéndonos dudar de nuestra propia imagen nunca encontrada en un museo.

Ficha artística

Idea, dirección, dramaturgia e interpretación: Amaya Galeote, José Luis Sendarrubias y Luiscar Cuevas