Fuimos toda la familia y nos encantó. Muy estremecedora y estimulante, un trabajo excepcional por parte de la creadora y de los intérpretes y el músico.

«Padecer la carne» como concepto artístico-multidisciplinar ahonda en la sensación de incertidumbre agobio y agotamiento gracias al espacio sonoro, al espacio instalativo y a la interpretación de los bailarines con su juego con la apnea y la contracción del cuerpo. Una pieza que te deja atento a cada respiración, a cada sutileza en los movimientos. Interesante la propuesta de la directora y genial idea el poder "padecer la carne" desde dentro de la instalación una vez terminada la pieza. También interesante el permiso de ver la pieza desde distintos enfoques y poder moverte a gusto propio durante la pieza e ir observando como desde distintos puntos la percepción del espacio es distinta. Un gran logro como trabajo instalativo y performativo.