Hoy me dirijo a ti que estás leyendo esto, seas quién seas, estés dónde estés. Esta es una tarde como cualquier otra, pero tiene para mí algo reseñable; activo la venta online de entradas para mi concierto del próximo domingo 30 de junio de 2024, y eso significa bastantes cosas.

Resulta que desde la pandemia, empecé a organizar a principios de verano un concierto "grande". Grande en mi mundo significa un teatro o auditorio en dónde estés cómodamente sentado en una butaca, cuente con una acústica óptima, y quepamos todos en el escenario, se vea bonito, y puedas disfrutar de la música y nada más que de la música, sin interferencias. Quería que en él se pudiesen dar cita muchos de mis compañeros músicos, y artistas a los que siempre he admirado. Todos juntos sobre el escenario reunidos en torno a unas canciones que me han ido acompañando durante más de un cuarto de siglo de carrera. Cada año ha ido variando el formato, la puesta en escena, el repertorio, el atrezzo, la gente que nos acompañaba... pero han sido siempre encuentros muy espontáneos y muy lindos en los que nos cargábamos de buenas energías y nos motivábamos a seguir. Alguna vez coincidió con mi cumpleaños, con un paso de década a nivel personal, con la despedida de mi ser más querido...

Con los años, la carga de trabajo, y el esfuerzo acumulado me ha faltado tiempo y a veces motivación para volver a desenfundar la guitarra y para dejarme la piel y rasparme las heridas una vez más sobre las tablas, delante de propios y extraños, y por eso pensamos en no forzar más la máquina para armar uno de estos conciertos, que llevan un montón de trabajo y suponen un riesgo económico importante. Y ahí apareciste tú y tantas otras personas que nos dijeron que siguiésemos, que nos veíamos en el próximo concierto, que se habían quedado con ganas de más y lloraron, rieron, se emocionaron y me dieron las gracias, y ahí entendí que aunque sólo fuese una vez más, había que intentarlo. Así que por 4to año, volvemos a intentarlo.

Queremos llenar el teatro por todo lo que supone, no sólo en cuanto a ilusión y ánimo de estar todos juntos y pasar una tarde-noche increíble, sino por la trascendencia que nos puede dar de cara a luego salir impulsados de ahí para llevar a cabo una gira mayor de conciertos. Así que quiero que sepas que cuando compras una de estas entradas estás moviendo una montaña. El arte independiente se sustenta así y sobrevive con cada entrada vendida. Los niños perdidos son músicos con gustos sencillos pero necesitan cambiarle las cuerdas a las guitarras de vez en cuando.

Volveremos a jugar a sorprenderos con nuevas canciones y un formato de concierto distinto.

Gracias por apoyar la música independiente y darnos libertad para seguir creando y seguir soñando.

Un abrazo enorme.

Samuel Leví

www.samuellevi.es