Un hombre de mediana edad cae desplomado en una discoteca. Acaba de morir. Observa la escena desde un yo "espectral". Decide acompañar a su propio cuerpo. Ambulancias, papeleo, disección, ataúdes... De pronto se da cuenta de que los hombres de la funeraria desvían la ruta y dejan su cuerpo en la casa de un diseñador de moda de mucho éxito.
El cuento comienza con esta cita: Tengo una buena y una mala noticia. La buena es que existe vida (o algo parecido) después de la vida. La mala es que Jean-Claude Villeneuve es un necrófilo. (130) BOLAÑO