Celebrando la vida es el concierto con el que la cantante madrileña Ana Cuenca Ramón rinde su especial homenaje a Doña Chavela Vargas en el centenario de su nacimiento.
Soy Isabel Vargas Lizano, nací el 17 de abril de 1919 en el fin del mundo, en centroamérica, en Costa Rica.
Con una puesta en escena sencilla y elegante, en formato de voz, piano y guitarra, hemos realizado una delicada selección de algunos de los grandes temas que interpretó Chavela.
Chavela Vargas es nombrar a una de las más grandes mujeres, intérpretes y personalidades de la canción de todos los tiempos, y no sólo de la canción mexicana, sino internacional. No hay otra mujer como Chavela. Ella fue auténtica, se hizo a sí misma. Atrevida, revolucionaria, luchadora, rompedora, chamana, diosa, sacerdotisa, feminista y lesbiana. Rompió esquemas y normas, tantas que ni su propia familia supo comprender; sin embargo, desde niña enamoró y cautivó con su voz única, inconfundible y apasionante. Potente, a veces dura, grave, profunda y desgarrada, pero también versátil, capaz de girar sobre sí misma hacia sonidos más agudos, llenos de dulzura, sensualidad y ternura.
Chavela Vargas vivió la vida al borde de la muerte y trascendió a ella gracias al amor, a la música y al arte, porque como bien decía ella quien no ama no ha vivido de verdad. Amó profundamente. Amó a la música y al cante. Amó a la vida y amó también a la muerte: pagó el precio de la soledad para ser una mujer libre.
Lo supe siempre. No hay nadie que aguante la libertad ajena; a nadie le gusta vivir con una persona libre. Si eres libre, ése es el precio que tienes que pagar: la soledad
