Como historiadora, Assia Djebar recibió el encargo, por parte de Pathé-Gaumont, de revisar unas viejas bobinas que resultaron ser unos noticieros de las colonias francesas que se habían descartado, donde se reflejaba el día a día de las gentes del Magreb, desde principios del siglo XX y hasta la Segunda Guerra Mundial. A partir de esos descartes, Djebar, en colaboración con el poeta Malek Alloula y el compositor Ahmed Essyad, ofrece una obra en la que conviven imágenes de la ceremonia de la Zerda junto a una poética narración en off que relata una serie de vivencias del pueblo argelino. Intercalado todo ello con las canciones del olvido, asistimos a una reivindicación de esas tradiciones que se han ido perdiendo por causa del colonialismo, incluso cuando son integradas simbólicamente y sojuzgadas por la mirada colonial.